Yo tuve una infancia lúdica, en el real y completo sentido de la frase, jugaba y en el interín estudiaba, por convención social básicamente. Debido a ello disfruto como pocos de una tarde de scrabble, boggle o tabú (casi siempre juegos de palabras) y soy la más ferviente y competitiva de las participantes en el juego. De pequeña jugaba con lo que fuese. Cuando tenía nueve años, se me ocurrió hacerle una broma -que consideré temeraria- a mi mamá. La idea era meterme en la caja del árbol de navidad y saltar poco a poco hasta su habitación, procurándole horas enteras de risa por verme sólo la cabeza y los brazos saliendo de la caja. Ésta era más o menos de mi tamaño, de hecho, casi sigo siendo del tamaño de esa caja, y por ende, a mi juicio, esa imagen debía ser sumamente graciosa. Salté con ánimo y cuidado como 3 metros, hasta que pasé de la sala trasera de la casa al escalón de la cocina. Pretendí impulsarme con más fuerza para sortear mi obstáculo y llegar hasta la habitación, tarea que me tomaría al menos 15 minutos, pero que realizaría nada más por ver a mi mamá dichosa y porque una idea así era definitivamente buena. Mi cálculo resultó errado, quizás por mi escaso conocimiento de la física a esa edad. Lo cierto es que en vez de esquivar el escalón, me fui de lado, directo contra el piso. Salí de la caja rumbo al baño, me eché agua en el casi insensible brazo -quienes se han fracturado saben que no duele sino que el susto se genera por la forma que adopta la anatomía debido al hueso mal puesto- y mi mamá llegó en ese momento...pero no rió al verme. Esa es la historia de mi segundo yeso, en el mismo brazo, en la misma muñeca. Ya no con la impresión de la primera fractura.
jueves, 7 de junio de 2007
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5 comentarios:
Tania, me has hecho reir mucho con tu historia, me alegraste la noche después de la derrota del Cúcuta. Un abrazo
jaja bueno el cuento. que gran memoria tienes, de seguro debes tener 98123123123 anecdotas interesantes por alli
Hola, aún estudio en la UBA :) en ECOS... yo también tuve una infancia llena de juegos de mesa, que mi papá siempre compró de conocimiento :)
Hola Jeanfreddy, qué bien lo que cuentas, :D esas son las mejores infancias
Anónimo pues no sé si tenga muchas pero las iré contando
Dani cierto que esa noche perdió, qué lástima, me alegra haberte alegrado esa triste noche
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