viernes, 29 de junio de 2007

De paseo en los B-U-R-O-P-A-Í-S-E-S

Burocracia - Quino

Soy una víctima de la burocracia, todos lo somos, a algunos nos afecta más, otros solamente se dejan llevar, porque para qué perder el tiempo en quejas, si nada va a cambiar, ¿no? Aunque sea una pérdida tiempo, un grito desesperado al ciberespacio, sin respuesta de los FUNCIONARIOS, quiero dejar claro que si hay algo en esta vida que me perturba y fastidia, es reunir papeles, entregarlos, esperar que sirvan de algo, comprobar que un detalle faltó, llevarlos de nuevo, descubrir que otra firma falta, buscarla, llevar los documentos una vez más, saber que ya llegan las vacaciones, esperar respuesta mientras los funcionarios se bañan en el mar, para luego saber que nos aprueban quizás la mitad de lo que pedimos, es decir, sólo una parte de lo que NOS CORRESPONDE por ser ciudadanos del país X o Y.
Justamente estoy en la fase de: comprobar que algo faltó. Cómo puede ser esto posible si tardé días reuniendo cada papelito debidamente legalizado, con sellos, firmas, PAGANDO por un derecho que me pertenece, con filas de por medio llenas de otra gente que también forma parte de este sistema absurdo de la burocracia. He sido otra víctima en el país X y en el país Y, en ambos porque no confían en sus ciudadanos, porque siempre hace falta corroborar que somos íntegros, que no nos quedaremos para siempre en un país del que no somos nacionales, o que efectivamente sacamos dólares del país X para poder estudiar a trabajar afuera, porque ese es nuestro dinero. A quién se le puede decir que de todas formas si nos quisiéramos largar para siempre, estaríamos en nuestro derecho, porque nadie nos puede decir que NO... y por qué sin embargo sentimos que nos dicen que NO.

Por supuesto ya envié las debidas cartas, no las de los sellos y las firmas que ahora faltan, sino las de la queja, en las que muy "diplomáticamente", PORQUE TOCA, les hago ver que no entiendo el motivo del rechazo a la petición.
www.el-libertador.com.ar


Si pudiera saltar por encima de este nefasto sistema, a los del país X les diría que si quisiera emigrar de mi país escogería uno que sí me de seguridad social, no otro con iguales o mayores problemas, porque igual todos los del sur somos una nota, somos buena gente, cálidos, humanos, y qué bueno por eso, pero todos seguimos igual de jodidos.

Si pudiera olvidarme de que sigo a la merced de la firmita siniestra del funcionario, les diría a los que integran la fulana oficina esa en el país Y, que de todas formas esa plata es nuestra, y que sea como sea nos la llevaremos a donde queramos, porque la hemos trabajado duro, sea poca o mucha es nuestra, nos la ponemos en la cabeza, nos la gastamos en el Congo, y que no habrá firma jamás que le ponga coto a nuestros sueños, así tengamos que largarnos a un país nórdico.

jueves, 28 de junio de 2007

Un buen regalo


Con mi padre comparto la afición por la buena música, el rock “dinosaurio” es parte de lo que escucho regularmente. Desde Valencia me envía un regalo que quiero compartir con ustedes si desean hacer la carpintería que es un tanto larga, pero la satisfacción será lo que importe, cuando tengan el regalo en sus manos.

Se trata de las 500 canciones más famosas de todos los tiempos según la revista Rolling Stones. Seguramente no estén de acuerdo con algunas de las incluidas, o cuestionen que falten algunas de sus grupos favoritos, pero lo cierto es que se fascinarán con muchas, eso es lo que interesa. Me atrevo a suponer que algunos revivirán momentos de gloria, y otros se maravillarán con algunos genios de la música acá contenidos.

Es todo, les envío la pista del regalo, ahora falta que hagan la tarea, no se arrepentirán… Quién desee la lista envíeme un correo de contacto, aunque es fácil ubicarla por internet, el resto es cortar y pegar

lunes, 25 de junio de 2007

En diciembre haré hallacas

Mi mamá siempre ha dicho que en la casa es muy duro lidiar con tres hombres: papá, mi hermano y yo. Básicamente su queja un tanto sexista tiende a recalcar mi desapego por actividades como: cocinar, lavar, y otros rasgos marcados que clasifica como propios del género masculino: desordenar por donde se pasa. "Por acá pasó Tania" dice cuando ve algo fuera de lugar. Papá y yo refutamos tal expresión con una pregunta simple que surte efecto inmediato: "¿acaso las cosas nacieron allí?". Cuando he salido de viaje me comentan que siempre se dan cuenta de mi ausencia y extrañan aquello de que las cosas cambien de sitio.

Otros de los aspectos que mamá ve en mí, guiados por la testosterona, son: zapping frente al televisor, desinterés por los programas al estilo de "sábados felices", o lo que denominamos en casa (con mi padre) "si piensa pierde", y una característica que ella llama "ser pata caliente" o "inquilina de la casa", "huésped" o cualquier otra expresión que manifieste su descontento con relación al tiempo que paso en casa. Además, siempre me encuentra similitudes increíbles con mi padre en todo cuanto hacemos. De paso, mi hermano y yo somos dos versiones del fenotipo de papá, no hay nada que hacer al respecto, los parecidos son evidentes. En la queja de que soy otro más del grupo de chicos de la casa está también la sutil crítica a que si me gusta alguien lo hago evidente, sonrío más de lo acostumbrado, e incluyo al sujeto en cuestión en mi grupo de amigos. Supongo que la extrañeza se debe a la brecha generacional, pero igualmente me causa gracia. Arriba vemos una foto de mis padres en una fiesta de navidad.

Me acuerdo de esto con cariño, lo tomo en juego, y hasta veo ciertas cuotas de razón en la queja. En respuesta a ello, envío mi promesa de hoy. En diciembre Madre, haré las hallacas contigo, será como los rituales navideños que las madres e hijas venezolanas realizan y en los que quizás hace unos 19 años no participo. Nunca pensé decir algo así, pero a fuerza de extrañar lo propio, lo que siempre se tiene y desestimamos hasta que no está, quiero hacer hallacas.

domingo, 24 de junio de 2007

Lo pernicioso


Comparar lo que sucede con lo que alguna vez fue bueno pero ya no existe. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, y si están en el pasado, es porque “fue bonito mientras duró” pero finalizó su ciclo.

Dejar puertas entreabiertas a lo que no debe volver, por muy bueno que haya sido, si ya no está es porque vendrán cosas mejores.

Postergar las metas por distracciones menores, es cierto que la diversión es necesaria, pero si no hay un compromiso con metas importantes, la diversión es sólo ocio.

Pensar que el destino existe. La vida es una cadena continua de decisiones, no hay fines preestablecidos para nadie. Lo que deseamos que ocurra merece trabajo, dedicación y constancia.

Ser indiferente ante las realidades. No se puede estar de oídos sordos frente a las injusticias, la intolerancia, la discriminación, la pobreza, la delincuencia y demás males de nuestra sociedad, seguro siempre en algo podremos contribuir a mejorar la realidad de la que somos partícipes.

Pretender que sean otros los que nos motiven a hacer las cosas. En nosotros está la motivación, el poder del cambio, la visión de futuro.
Aunque suene a autoayuda, he incurrido en buena parte de éstas manías pero las tengo plenamente identificadas para ser abolidas lo más pronto posible.
Y para tí ¿qué es lo pernicioso?
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Nota: la imagen es de http://www.espacioblog.com/

jueves, 21 de junio de 2007

El famoso Plan B o "en caso de emergencia rompa el vidrio"

¿Quiénes de ustedes han tenido un plan B con alguien? ese famoso prospecto de vida en el que compartimos forzosamente nuestras ilusiones con alguien que aunque no era la persona de nuestros sueños se podría acercar a ella, o mejor aún, convertirse en ella.

La situación comienza cuando de repente analizamos la posibilidad remota de quedarnos solos, de darle fin al apellido, de no ser el elegido por nadie que nos emocione, o al contrario, de rechazar por los azares del camino las múltiples posibilidades para darnos cuenta luego de que estuvimos cerca de una persona que era la indicada.

Sea cual sea la causa, sé de muchos que tienen plan B, a tal punto que me incluyo en la lista de los que ya hemos previsto el escenario más pesimista, el de quedarnos solitos para vestir santos como dicen por allí. Mi trato tiene como fecha tope el 2013, pero espero no tener que echar mano a él, no por las dos personas anotadas en la lista, que reúnen los méritos suficientes para integrarla, sino por la carga emotiva que puede acarrear el hecho de formar una familia con alguien a quien recurrimos por trato previo y temor a la soledad.

Para agregarle condimento a la revelación, sobre todo para mis amigos curiosos, el primero en la lista es el famoso primer amor, con quien siempre se hace fácil especular sobre la posibilidad de volver algún día, quizás por la confianza que generó compartir un noviazgo bueno y sólido, aunque ya en el pasado. Y el segundo apareció hoy, un antiguo compañero de trabajo que en un chateo común me comentó sobre sus dos planes B fracasados porque sus compañeras de trato ya se casaron.

En todo caso, supongo que sigue siendo mejor un trato amable como éste, y no la certeza de una vida de perenne soltería con menos de lo que siempre esperábamos. ¿Qué crees tú?

A VER: ¿8 COSAS, TAN POQUITO?

Mi amiga blogger Gina Nieves (http://www.ginanieves.blogspot.com/) me envía una tarea desde su blog. Acá va mi asignación.


1) Me fascina manejar y he recorrido buena parte de Venezuela al volante. Creo que es porque estudié en una universidad que quedaba a una hora de la ciudad donde vivo y le agarré el gusto. He manejado hasta Puerto La Cruz, Mérida, en Valencia, Margarita, Maracay y está pendiente el viaje a la Gran Sabana.

2) Si me encuentro con un programa de Discovery en el que una madre está dando a luz a su hijo, lo veo nada más para evaluar la posibilidad de adoptar. No se ve agradable, parece parte de una estrategia que busca evitar que continúe la reproducción de la especie en general. Dentro de mí guardo el íntimo anhelo de que los hombres un día puedan tener hijos. Mi solución sería “uno tu y uno yo”

3) Es extraño pero me debato entre el más puro y tranquilo estado ermitaño y la algarabía de mi nutrido grupo de amigos para viajes, reuniones en casa, salidas a cafés o rumbas nocturnas.

4) Guardo cuanta carta y tarjeta de amor he recibido en mis años de existencia, aunque nunca las leo. Incluso tengo hasta las que le di a un ex que luego de odiarme por haberle terminado, me las devolvió.

5) Crecí oyendo el rock que escuchaba mi padre, así que entre mis discos se pueden encontrar joyas de The Animals, The Beatles, o Blood Sweet and Tears.

6) El momento más duro de mis días es despertar, así que no soy de las que silbo cuando me levanto, o escucho el noticiero. Silencio es lo que hay en este ritual. Tengo un subconsciente perverso que me dice cosas como: aún queda tiempo, cinco minutos más... pero nunca son cinco.

7) No he entendido aún por qué es tan grave y poco estético dejar la pasta dental abierta.

8) Me atraen los programas de televisión que tocan temas científicos sobre comportamiento humano, la química del amor y los enigmas médicos (Veo Dr. House)


La tarea culmina con el envío de la asignación a 8 personas, estos son mis elegidos:
Víctor Santana (http://www.escritorclaroscuro.blogspot.com/)
Jars (http://jonathanreyes.wordpress.com/)
Vero (http://www.veronicafajardo.blogspot.com/)
Adrian (http://www.predicado.com/usuario/josh_152.html?thekeypredicado=35888390fe4043d23f25490c99e51398)
Alex (http://www.elalexgoncalves.blogspot.com/)
Naxos (http://naxoseduccion.blogspot.com/)
Santo (http://www.salsanama.net/)
Si es para un regaño no estoy (http://hoynoestoy.blogspot.com/)

jueves, 14 de junio de 2007

Cómo saber que uno es presa de la “añoradera” cuando está lejos…


Algunos síntomas… los he escuchado, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

- Tu reloj sigue con la hora de tu país natal, no importa si tienes que hacer cálculos mentales cada vez que ves la hora, lo importante es sentir que sigues en el tiempo de otras latitudes.


- La sangría caroreña de repente se asocia con viajes, paseos, amigos, y quieres probar algo similar a este barato brebaje etílico.


- Pides que la gente que viene a la ciudad traiga pirulines, es parte de un ritual poco sano y engordante que te hace revivir momentos de glotonería venezolana.


- Por lo general escribes mensajes de texto que comienzan con estos números: 58 414 y lo mejor es que siempre reciben respuesta a pesar de las altas horas en las que se envían.


- Extrañas hasta la lavadora de tu casa cada vez que pagas la lavandería. Cuánta falta hace ese artefacto.


- En tu Messenger siempre hay un mensaje en código para tus amigos de “allá” pueden ser cosas como: extraño la arenita playita, quiero un sinvertour, allá voy, o cualquier otra bobada que hace ver que tienes un pie acá y otro allá. También se suele recurrir a mensajes explicativos: estoy en clases, ya vuelvo. Saldré más tarde. Estoy haciendo mercado.


- Comparas. Esto es mejor acá, esto es mejor allá, esto es igual.


- De repente te das cuenta de productos que acá no existen y que se hacen útiles como un desodorante de ropa, con olor a bebé de glade, que acá no venden y sirve para las chaquetas. Lo encargas porque de un momento a otro se convierte en un artículo de primera necesidad.


- Piensas en qué harás con tantas cosas compradas cuando regreses. Las venderás, las regalarás, te las llevarás. Nótese que la acción de regresar es siempre dada como un hecho.


- Ves fotos con más frecuencia que antes y revisas los spaces de tu gente para no perder contacto. Entiendes a qué se refiere Daniel Samper cuando habla de "El mal de irse".

- Desde que partes piensas en volver.

Sucedió hace 10 años

Aunque suene a nostalgia férrea, me acuerdo de todo, pero suelo tener en los temas del amor una memoria muy conveniente y acomodaticia. Guardo los mejores momentos para sacarlos a mi antojo, a pesar de la distancia y el aparente olvido, a pesar de los nuevos planes, los cambios, los giros de la vida…
Retomar esas imágenes me induce en un letargo plácido, agradecido y sonriente. Cómo olvidar al primer amor, la cita imprevista en el mirador del polígono de tiro, las mariposas en el estómago (tal cual serie de Sony). Cómo olvidar al amigo que no estaba viendo como amigo. Estudiábamos ingeniería, pero la materia que más nos gustó fue la de enamorarnos. Al año, cada quien se fue a otra carrera y permaneció la relación por un tiempo más. Sí, parece mentira pero puedo relacionar la palabra amor con un polígono de tiro, porque conocí de a poco la efervescencia de ese sentimiento con este escenario de fondo.
Comenzamos a viajar, a la Colonia Tovar, Patanemo, Sanare, Cubiro, a cuanto lugar se nos ocurriese. Nos sentíamos enamorados e independientes. Ahorrábamos dinero trascribiendo trabajos, tesis de grado, informes. Éste es un negocio muy gracioso visto con la lupa de los diez años que han transcurrido. Él se dedicaba a las imágenes y cuadros y yo a los textos. Con todo y lo absurdo que parezca, nos daba el dinero para llevar un muy agradable noviazgo viajero.

Tampoco olvido pasear en la Bronco robada a su papá por el río que divide a Patanemo de su lago. La consciencia no existía, mucho menos el arrepentimiento. Desafiábamos las leyes familiares. Una peleíta adolescente en mi casa era motivo suficiente para salir hacia la playa, con abatida de puerta de por medio, y pasar una tarde lejos de la ciudad, como buenos escapistas.
Eso fue hace tanto tiempo, y a pesar de todo (los tres años de amores, y un año de ruptura medianamente molesto), cuento con él como mi amigo. Como dicen por ahí, donde hubo fuego cenizas quedan y creo que ambos decidimos no tentar más a la suerte, así que somos sumamente corporativos cuando decidimos vernos. Ese es mi amigo genio, el caballero medieval, el que decidió quedarse a pesar de todo.

jueves, 7 de junio de 2007

A los nueve...como de cristal

Yo tuve una infancia lúdica, en el real y completo sentido de la frase, jugaba y en el interín estudiaba, por convención social básicamente. Debido a ello disfruto como pocos de una tarde de scrabble, boggle o tabú (casi siempre juegos de palabras) y soy la más ferviente y competitiva de las participantes en el juego. De pequeña jugaba con lo que fuese. Cuando tenía nueve años, se me ocurrió hacerle una broma -que consideré temeraria- a mi mamá. La idea era meterme en la caja del árbol de navidad y saltar poco a poco hasta su habitación, procurándole horas enteras de risa por verme sólo la cabeza y los brazos saliendo de la caja. Ésta era más o menos de mi tamaño, de hecho, casi sigo siendo del tamaño de esa caja, y por ende, a mi juicio, esa imagen debía ser sumamente graciosa. Salté con ánimo y cuidado como 3 metros, hasta que pasé de la sala trasera de la casa al escalón de la cocina. Pretendí impulsarme con más fuerza para sortear mi obstáculo y llegar hasta la habitación, tarea que me tomaría al menos 15 minutos, pero que realizaría nada más por ver a mi mamá dichosa y porque una idea así era definitivamente buena. Mi cálculo resultó errado, quizás por mi escaso conocimiento de la física a esa edad. Lo cierto es que en vez de esquivar el escalón, me fui de lado, directo contra el piso. Salí de la caja rumbo al baño, me eché agua en el casi insensible brazo -quienes se han fracturado saben que no duele sino que el susto se genera por la forma que adopta la anatomía debido al hueso mal puesto- y mi mamá llegó en ese momento...pero no rió al verme. Esa es la historia de mi segundo yeso, en el mismo brazo, en la misma muñeca. Ya no con la impresión de la primera fractura.

martes, 5 de junio de 2007

Lo bueno

Las cosas buenas de la vida... un poco de lo que me gusta. En la categoría de bueno estará todo aquello que puede ser definido como agradable, rico e incluso divino.

Agradable es levantarse un sábado a las 10 de la mañana, sabiendo que no hay actividades pendientes, y que puedes hacer lo que quieras, desde ver televisión, leer un buen libro, alquilar películas o salir con tus amigos a un sitio nocturno.

Un 5/5, encontrarte con un amigo que hace tiempo no ves, recibir una sorpresa o una oferta laboral, abrir un regalo. Ganar una rifa, un premio o una promoción. Celebrar tu cumpleaños y el de los amigos. Conocer gente interesante. Soñar dormido y soñar despierto.

Contar con alguien que te ayude en las labores del hogar para así no tender la cama y encontrar siempre la ropa limpia y lista en el closet para ser usada.

Recibir comentarios en el blog y contestarlos. Leer buenos blogs.

Rico es un domingo lluvioso en Bogotá. Arroparse hasta la nariz, ver películas, disfrutar de un tazón de crispetas. Esta actividad realizada solo o en compañía siempre es sabrosa.

Abrazar a tus padres del mismo modo en que lo hacías cuando eras niño.

Nadar en el mar sin importar hacia dónde te llevarán las olas.

Una tarde con amigos, oyendo el álbum Imagine, la voz de Sting y Drako Rosa, la música de Police, Fito Páez, Silvio Rodríguez. Todo ello acompañado de un buen vino.

Que Dios te premie con un amigo que toque guitarra, ya que no te dio el don a tí, y que lo acompañes cantando en cuanta reunión familiar o parranda se forme.

Los aromas cítricos, el olor de un buen perfume usado con mesura, la piel que huele a jabón o a frescura natural.

La textura del algodón. Pasar los dedos por un cabello lisito. Dejar que el agua de la regadera caiga en tu cuerpo. Bañarse con agua caliente hasta que el humo llene el baño y el espejo se empañe. Cantar en la ducha.

Vodka tonic, Cosmopolitan, Smirnoff Ice, el ron con ginger y limón. Una borrachera risueña –con estas bebidas- sin guayabo al otro día.

Comerse un helado de crepes and waffles, siempre en barquilla. O una buena porción de brownie caliente con helado encima. La granadilla, el kiwi, las fresas con crema, el cholado.

Divino es un atardecer en las playas de Margarita. Ver caer un sol enorme y anaranjado que inunda todo lo que toca con un reflejo que pocas veces puede verse en otras latitudes. Caminar por la arena, dejando que las olas bañen tus pantorrillas, y luego sumergirte en el mar. Que en tus pensamientos sólo quepa una idea: que Dios existe, y sin duda le tiene amplia estima a esa Isla.

Amar. La mirada del ser que amas y sus creativas maneras de besar. Las caricias hechas con seductora maestría. Una tarde de “arrunche”, y las demás cosas que todos conocemos y no debería contar.

El Sueño


Esa chica había tenido un amigo de la infancia que le llevaba unos 8 años. Él la había enseñado a montar bicicleta. Siempre estaba con ella a pesar de la notoria diferencia de edad. Ella lo había tenido como un amigo incondicional. Ahora soñaba que se besaban con una pasión retenida por años, teniendo como ambiente de la ilusoria manifestación de afecto, la cocina de quién sabe qué casa. La imagen era tan real, que al despertar se sintió mal porque su inconsciente había producido tal escena en vibrantes colores. Luego del primer pensamiento culpable, sonrió, porque a pesar de todo, se halló contenta. Inevitable, tomando en cuenta que quizás nunca pase algo así, pero que al menos sucedió en el terreno donde no es posible controlar lo que ocurre, el de los sueños y sus inquietantes significados.