Las cosas buenas de la vida... un poco de lo que me gusta. En la categoría de bueno estará todo aquello que puede ser definido como agradable, rico e incluso divino.
Agradable es levantarse un sábado a las 10 de la mañana, sabiendo que no hay actividades pendientes, y que puedes hacer lo que quieras, desde ver televisión, leer un buen libro, alquilar películas o salir con tus amigos a un sitio nocturno.
Un 5/5, encontrarte con un amigo que hace tiempo no ves, recibir una sorpresa o una oferta laboral, abrir un regalo. Ganar una rifa, un premio o una promoción. Celebrar tu cumpleaños y el de los amigos. Conocer gente interesante. Soñar dormido y soñar despierto.
Contar con alguien que te ayude en las labores del hogar para así no tender la cama y encontrar siempre la ropa limpia y lista en el closet para ser usada.
Recibir comentarios en el blog y contestarlos. Leer buenos blogs.
Rico es un domingo lluvioso en Bogotá. Arroparse hasta la nariz, ver películas, disfrutar de un tazón de crispetas. Esta actividad realizada solo o en compañía siempre es sabrosa.
Abrazar a tus padres del mismo modo en que lo hacías cuando eras niño.
Nadar en el mar sin importar hacia dónde te llevarán las olas.
Una tarde con amigos, oyendo el álbum Imagine, la voz de Sting y Drako Rosa, la música de Police, Fito Páez, Silvio Rodríguez. Todo ello acompañado de un buen vino.
Que Dios te premie con un amigo que toque guitarra, ya que no te dio el don a tí, y que lo acompañes cantando en cuanta reunión familiar o parranda se forme.
Los aromas cítricos, el olor de un buen perfume usado con mesura, la piel que huele a jabón o a frescura natural.
La textura del algodón. Pasar los dedos por un cabello lisito. Dejar que el agua de la regadera caiga en tu cuerpo. Bañarse con agua caliente hasta que el humo llene el baño y el espejo se empañe. Cantar en la ducha.
Vodka tonic, Cosmopolitan, Smirnoff Ice, el ron con ginger y limón. Una borrachera risueña –con estas bebidas- sin guayabo al otro día.
Comerse un helado de crepes and waffles, siempre en barquilla. O una buena porción de brownie caliente con helado encima. La granadilla, el kiwi, las fresas con crema, el cholado.
Divino es un atardecer en las playas de Margarita. Ver caer un sol enorme y anaranjado que inunda todo lo que toca con un reflejo que pocas veces puede verse en otras latitudes. Caminar por la arena, dejando que las olas bañen tus pantorrillas, y luego sumergirte en el mar. Que en tus pensamientos sólo quepa una idea: que Dios existe, y sin duda le tiene amplia estima a esa Isla.
Amar. La mirada del ser que amas y sus creativas maneras de besar. Las caricias hechas con seductora maestría. Una tarde de “arrunche”, y las demás cosas que todos conocemos y no debería contar.
Agradable es levantarse un sábado a las 10 de la mañana, sabiendo que no hay actividades pendientes, y que puedes hacer lo que quieras, desde ver televisión, leer un buen libro, alquilar películas o salir con tus amigos a un sitio nocturno.
Un 5/5, encontrarte con un amigo que hace tiempo no ves, recibir una sorpresa o una oferta laboral, abrir un regalo. Ganar una rifa, un premio o una promoción. Celebrar tu cumpleaños y el de los amigos. Conocer gente interesante. Soñar dormido y soñar despierto.
Contar con alguien que te ayude en las labores del hogar para así no tender la cama y encontrar siempre la ropa limpia y lista en el closet para ser usada.
Recibir comentarios en el blog y contestarlos. Leer buenos blogs.
Rico es un domingo lluvioso en Bogotá. Arroparse hasta la nariz, ver películas, disfrutar de un tazón de crispetas. Esta actividad realizada solo o en compañía siempre es sabrosa.
Abrazar a tus padres del mismo modo en que lo hacías cuando eras niño.
Nadar en el mar sin importar hacia dónde te llevarán las olas.
Una tarde con amigos, oyendo el álbum Imagine, la voz de Sting y Drako Rosa, la música de Police, Fito Páez, Silvio Rodríguez. Todo ello acompañado de un buen vino.
Que Dios te premie con un amigo que toque guitarra, ya que no te dio el don a tí, y que lo acompañes cantando en cuanta reunión familiar o parranda se forme.
Los aromas cítricos, el olor de un buen perfume usado con mesura, la piel que huele a jabón o a frescura natural.
La textura del algodón. Pasar los dedos por un cabello lisito. Dejar que el agua de la regadera caiga en tu cuerpo. Bañarse con agua caliente hasta que el humo llene el baño y el espejo se empañe. Cantar en la ducha.
Vodka tonic, Cosmopolitan, Smirnoff Ice, el ron con ginger y limón. Una borrachera risueña –con estas bebidas- sin guayabo al otro día.
Comerse un helado de crepes and waffles, siempre en barquilla. O una buena porción de brownie caliente con helado encima. La granadilla, el kiwi, las fresas con crema, el cholado.
Divino es un atardecer en las playas de Margarita. Ver caer un sol enorme y anaranjado que inunda todo lo que toca con un reflejo que pocas veces puede verse en otras latitudes. Caminar por la arena, dejando que las olas bañen tus pantorrillas, y luego sumergirte en el mar. Que en tus pensamientos sólo quepa una idea: que Dios existe, y sin duda le tiene amplia estima a esa Isla.
Amar. La mirada del ser que amas y sus creativas maneras de besar. Las caricias hechas con seductora maestría. Una tarde de “arrunche”, y las demás cosas que todos conocemos y no debería contar.
5 comentarios:
Te falto una
Excelente: Es conocer amigas tan chéveres como tu. Un abrazo
jajaja, bueno yo puse conocer gente interesante, ¡ahí están ustedes! Un abrazo Dani
¡Qué delicioso leer este post!
Saludos
Qué lindo post, felicitaciones. En realidad estás haciendo una buena terapia para nosotros tus lectores.
jajaj gracias profe Víctor, qué lindo su comentario
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